Ideas para mejorar

o para no empeorar aun más

La especie que encabeza este artículo no es la de un comentarista de tercera fila y biliosa circulación sanguínea, sino de la PRIMERA VICEPRESIDENTA DEL GOBIERNO DE ESPAÑA, señora Carmen Calvo, exultada ante un bosque de micrófonos el día 14/02/2020.

Merece algunas reflexiones y preguntas como:

Las declaraciones en su contexto – no fuera de él- para que la entendamos

¿Alguna protesta diplomática de Venezuela?

¿Acaso la ministra se retracta?

¿Qué provocó semejante declaración?

¿Brusco cambio de ánimos del gobierno de España hacia la dictadura de Maduro?

¿Se ocultan los motivos, estamos ante secretos inconfesables de una conspiración?

¿Es para peor todo esto?

EMPECEMOS

Por lo general nos interesan temas que aclaren conceptos deformados por el mal uso,  que tengan trascendencia para el devenir de las sociedades humanas o por el contrario que permitan resolver algunos de los muchos desafíos que hay. Por esa razón no solemos ocupamos de lo que expresan políticos de lengua larga e irresponsable, salvo en casos muy gordos que pueden afectar la vida de los ciudadanos negativamente.

El titular de esta entrega es uno de esos casos, una auténtica barbaridad dicha públicamente por un político de influencia y un país de importancia central para la vida de América Latina como lo es España. Me resisto a dejar pasar, tanto menos en la tesitura de crispación política actual que producen los continuos cambios de opinión y planes del recién estrenado gobierno de España, el cual se encuentra visiblemente influido por su asociación con el partido pro-madurista UNIDAS PODEMOS.

Como no es justo ni adecuado extraer palabras fuera de contexto, reproduzcamos las palabras textuales de la señora Calvo:

la política no puede ser una guerra ni un combate de boxeo (…), un combate inútil de cosas que a nadie le importan, pongamos Venezuela”

No es preciso un ejercicio febril de la imaginación ni aventuradas permutaciones de sintaxis para entender de estas palabras que, según la ministra de la Presidencia, cargo que también ocupa la señora Calvo, el mejor ejemplo que se le ocurre para ilustrar “cosas que a nadie importan”, sea Venezuela.

Por más vueltas que se le den para edulcorar exabrupto de tal calibre, lo dicho por la funcionaria es de una brutalidad diplomática y conceptual inaceptable. No me gustan los calificativos pero en este caso resulta inevitable y sobradamente merecido.

Si esta es la nueva forma de hacer política, hablar sin pensar lo que se dice y las consecuencias que puede traer, creo que nos dirigimos con mayor rapidez que nunca hacia el abismo de los idiotas.

 ¿Alguna respuesta del ofendido —el gobierno de Venezuela—?

Pues no. Ni una palabra.

En cualquier circunstancia, lo mínimo que se esperaría del gobierno venezolano es una nota diplomática de protesta al día siguiente. Sorprendámonos: pasado ya un mes el gobierno de Caracas guarda silencio sepulcral sobre este particular, aunque la ministra y vocero principal del gobierno de España  haya barrido los suelos con el nombre del país suramericano.

Extraña reacción la de un Maduro que a la menor insinuación de cualquier político o funcionario extranjero sobre la situación interna de Venezuela reacciona con inusitada violencia verbal, acusando a diestra y siniestra al opinante  de estar metiendo las narices en asuntos internos del país.

¿Acaso retractación o explicaciones  posteriores de la vicepresidenta Calvo?

Ninguna, a pesar de que ya vaya siendo habitual en su gobierno.

Es como si se hubieran puesto de acuerdo.

Intentemos responder a dos de las muchas preguntas que las declaraciones de la ministra, tanto más obtusas como indicadoras de un cambio de 180 grados de la política española hacia la dictadura de Venezuela, permiten adelantar:

  • ¿A qué viene esa declaración de la Calvo? Porque no se dice una cosa así sin motivos de mucho peso.

¿Venezuela es realmente un país que no le importa a nadie, o es todo lo contario? ¿Acaso se trata de enfriar el agrio debate político levantado por la gira del presidente encargado de ese país, Juan Guaidó Márquez?

1.- CAUSAS POSIBLES PARA QUE CARMEN CALVO DIJERA LO QUE DIJO

Para ser breves, la ministra intenta echar ingentes cantidades de tierra sobre el escándalo protagonizado hace pocas semanas entre otro de los ministros españoles del gobierno Sánchez en la cartera de Fomento, José Luis Ábalos, y la señora Delcy Rodríguez, vicepresidenta de la dictadura de Nicolás Maduro en Venezuela.

Como es bien conocido,  la vicepresidenta venezolana es una de los 45 dirigentes del régimen del dictador Maduro a quien se le ha vedado poner los pies en territorio de la Unión Europea o volar por su espacio aéreo, acusada entre otros delitos de crímenes contra los derechos humanos de los venezolanos, y narcotráfico.  La prohibición es muy clara así como los motivos. En la madrugada del 20 de Enero esta señora arribó al aeropuerto internacional de Madrid-Barajas. Proveniente de Caracas en un avión modelo Falcon fletado a una empresa turca, y acompañada por otro ministro del ejecutivo Maduro, el de Turismo, un tal Félix Plasencia (que no ha sido vetado por la UE), EL AVIÓN CRUZÓ ESPACIO AÉREO EUROPEO (PORTUGAL Y ESPAÑA) QUE LE ESTÁ VEDADO A LA SRA RODRIGUEZ.

Por añadidura, siendo que Delcy Rodríguez no podía descender del avión por expresa prohibición de la UE, el ministro Ábalos se desplazó hasta el aeropuerto de madrugada para hacerle conocer a la señora Delcy que no podía apearse del avión y debía continuar vuelo.

Para transmitirle ese mensaje habría bastado un policía de inmigración y un par de minutos. Pero el propio ministro fue el correveidile y tardó un buen par de horas para ponérselo claro a la señora Rodríguez. Es más, merced a no poder volar por el espacio aéreo de la UE como queda dicho, desde torre de control debió prohibírsele la entrada del avión al país y no aceptar su plan de vuelo desde el principio, detalle en el que no han reparado los periódicos españoles.

El caso de aquella sospechosa entrevista se complicó de manera exponencial a las pocas horas cuando, presionado por los periodistas, el ministro Ábalos, nervioso y contrariado, declaró versiones de creciente contradicción en los días siguientes que condujeron a revelar que la señora Rodríguez había bajado del avión, en efecto, conducida con deferencia por el señor Ábalos a yuna sala VIP del aeropuerto y mantenido conversación  que se convertía en una entrevista en regla.

Los irrespetos a las resoluciones de la UE por el alto funcionariado del gobierno Sánchez sumaban ya al menos tres.

Al verlo acorralado salió en ayuda de Ábalos su compañero y Ministro de Interiores de España, señor Grande Marlasca, a defender sus varias tesis con vehemencia inusitada, como se reveló días más tarde en una comparecencia ante el Congreso de los Diputados de Madrid en que varios diputados de oposición desnudaron virtualmente al señor Dávalos, exigiendo su dimisión por mentiroso. Ábalos  no pareció inmutarse en lo más mínimo, y se limitó a exhibir una sonrisa de cartón, sabiéndose arropado por todo su partido.

 Termómetros al alza

Las cosas alcanzaron temperaturas preocupantes al saberse en forma veraz que del dichoso Falcon se sacaron 40 maletas y/o bultos e color oscuro que recogió  un vehículo diplomático de la embajada de Venezuela, el cual salió del aeropuerto sin pasar por ningún control policial en su calidad de objeto diplomático y por lo tanto intocable, cualidad que coloca a los diplomáticos por encima de todos los ciudadanos, aunque sean una panda de bandoleros. El hecho ha disparado numerosas especulaciones que dada su calidad de tales no comentaremos.

 ¿Brusco cambio de política del gobierno Sánchez hacia la dictadura venezolana?

Más significativo resulta el hecho en sí de este contacto de alto nivel entre dos gobiernos, uno el de España, y el otro (si es tal) —de Nicolás Maduro— que España no reconocía hasta ahora como legitimado en las urnas, con el agravante de que España si había dado su aval, como el resto de los países de la UE, al señor Juan Guaidó, combativo opositor al régimen, como presidente encargado legítimo de Venezuela, en su condición de presidente del Congreso (Asamblea Nacional) desde comienzos del año 2019, quien fuera elegido por el pueblo de ese país. De hecho es el único órgano que lo ha sido.

Resumiendo

Delcy Rodriguez viola espacio aéreo de España y con ello de la UE; pisa suelo español hasta una sala VIP en la que sostiene largas conversaciones con el ministro Ábalos de medianoche a gallos, habla con otras personas de las que no se sabe nada, incluso se comenta que lo hizo por teléfono con el presidente Sánchez —que no es verificable ante la creciente opacidad de su gobierno—; luego,  aborda un avión comercial con destino a Qatar, dejando a su paso un escándalo de crecientes proporciones que sacude el campo político español. La crispación resultante deja muy tocada a la alianza PSOE-Unidas Podemos (amigos de larga data del chavismo) que gobierna hoy por hoy a España.

El colofón es del propio dictador Maduro, quien declara que la “conversación de Ábalos y Delcy Rodríguez ES UN SECRETO”

 SECRETO

Práctica imprescindible entre los que conspiran. Como todo lo secreto es desagradable que se sepa, tanto más incómodo si se trata de relaciones entre países, uno democrático que se supone transparente y el otro una feroz dictadura con muchos muertos y numerosos crímenes de lesa humanidad en su haber y opacidad calificada, se hace imprescindible que alguien de peso salga a restarle importancia al turbio encuentro Rodríguez-Ábalos. Nada mejor que ningunear a Venezuela como un paisete al que nadie le importa un bledo. Mucho mejor si es una vicepresidenta española quien lo dice.

Pero no es cierto. Al gobierno Sánchez-Iglesias le interesa mucho la Venezuela de Maduro. El socialismo de inclinación neocomunista de la marca PODEMOS y el Foro de Sao Paulo son dos razones de fuerza para solidificar sus relaciones. Sin embargo, el gobierno de España se encuentra en la obligcación circunstancial de esconderlo para salvar la cara ante los socios comunitarios europeos que consideran a Maduro como un usurpador.

Estas declaraciones profundamente irresponsables dejan un poso negruzco de desconfianza entre los ciudadanos españoles que tendrán que tragarse su gobierno, con un creciente registro de inconsistencias, cambios de parecer, manipulaciones judiciales y políticas de grueso calibre, por cuatro largos años, si es que dura.

2.- ES CIERTO QUE VENEZUELA CAREZCA DE IMPORTANCIA

Es una monumental equivocación siquiera pensarlo, mucho menos declararlo públicamente por vía de la primera vicepresidenta española.

Repaso breve:

a.- En España viven cerca de medio millón de venezolanos de todas las edades que han huido de la dictadura chavista, y su número va en aumento. Muchos han adquirido la nacionalidad española y por lo tanto son votantes. Al gobierno Sanchez le debería importar.

b.- Venezuela inauguró su democracia representativa y continuada en 1959, hasta la irrupción del señor teniente coronel Chavez Frías en 1998. En esos 40 años Venezuela consolidó su  democracia a través elecciones parlamentarias, regionales y presidenciales de probada limpidez, salvo episodios muy puntuales y sin significado institucional, como en todas partes. Así mismo, se consolidó la institucionalidad democrática a todos los niveles.

c.- Mientras en Venezuela se desarrollaba la democracia con un nuevo presidente cada cinco años, en muchos países del resto del continente persistían numerosas dictaduras. Para cuando terminó la de Francisco Franco, la democracia venezolana llevaba ya 18 años ininterrumpidos de ejercicio.

Del mismo modo, cuando los venezolanos votaban libremente a lo largo de aquellos años, ejercían el poder autocrático Rafael Leónidas Trujillo en República Dominicana,  Alfredo Stroessner en Paraguay,  Anastasio Somoza en Nicaragua, Augusto Pinochet en Chile, Juan Velasco Alvarado en el Perú, François Duvalier en Haití, los gobiernos militares de Argentina, Uruguay y Brasil, así como en Honduras, El Salvador, Panamá y Guatemala, sin descontar a Fidel Castro, —el más longevo de todos los autócratas absolutos de Iberoamérica, gústele a usted o no—, y quien por cierto nunca pudo tragarse la democracia venezolana que mantenía a Cuba fuera de la Organización de Estados Americanos, al promoverse la Resolución 1080 (de 1991) en la que el organismo podía tomar acciones, sanciones y medidas contra gobiernos de facto en la región.

d.- Venezuela prosperó institucional, social y económicamente en ese período democrático, alcanzando una posición de relevancia que es destacable por una gama de argumentos cuantitativos, pero destacaré uno que lo dice todo: fue por muchas décadas un polo de atracción abierto y acogedor en el que se vivía bien y se podía prosperar, el país de destino de grandes contingentes de inmigrantes que recibía cientos de miles de ciudadanos latinoamericanos que huían de las dictaduras y el desplome económico e institucional de sus países de origen.

Entre ellos había también numerosas familias españolas, italianas,  portuguesas y las provenientes de sus colonias africanas, Mozambique y Angola, así como familias judías europeas y ciudadanos de Europa oriental, China, la India y varios otros lugares.

Aquella Venezuela democrática se convirtió en un país cosmopolita, moderno y dinámico, en el que se practicaba la libre expresión impresa y hablada, mientras la acción de gobierno se distribuía en los tres poderes clásicos, sin preponderancia absoluta del ejecutivo, con sus más y sus menos, por supuesto.

e.- Debe recordarse que Venezuela fue el único país de la región que enjuició y destituyó por vías legales —impeachment— a uno de sus presidentes, Carlos Andrés Pérez, en mayo de 1993, llevado a cabo por el Congreso de la República y sentencia final por la Corte Suprema de Justicia. Fue inculpado de utilizar 17 millones de dólares de la partida secreta de la Presidencia, no para uso personal sino para apoyar la campaña que llevó a la presidencia de Nicaragua a Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997); cantidad que resulta insignificante ante los robos mil millonarios de altos funcionarios venezolanos de hoy que permanecen incólumes, como es el caso de la señora Delcy Rodríguez a quien tantas fiestas le hizo el ministro Ábalos.

También es cierto, todo hay que decirlo, que en aquellos años entre 1960 y 1998 en Venezuela hubo sus dosis de caos administrativo dentro de una sociedad no preparada para enfrentar tantos retos a la vez, y sus dosis de corrupción inevitable por la riqueza de gobiernos que no supieron (o quisieron) corregirla.

La suma de varios factores condujo a Venezuela a ocupar uno de los cuatro puestos de mayor relevancia social, política, económica, e incluso científica en América Latina junto a Brasil, México y Argentina en sus fases democráticas.

Todo esto es historia reciente que no puede borrarse como lo intenta la vicepresidenta Calvo en sus descocadas palabras; la mayoría de la gente que vivió allá en esos años los recuerda como los mejores de su existencia, y es probable que me acompañen en el dolor de escuchar las palabras de una persona que no sabe estrenarse en las artes de la política de estado, la de altura, la que debe practicarse en estos tiempos de escasez de criterio y sabiduría cuando tanta falta hace en un mundo amenazado en múltiples frentes y tan pocos la practican.

3.- HOY, VENEZUELA IMPORTA POR RAZONES MUY DISTINTAS

Es muy doloroso reconocerlo. El progreso y bienestar de sus años de democracia se han derrumbado merced a la destrucción sistemática impuesta desde arriba por los gobiernos de Chávez (1999-2013 y Maduro (2013-2020…); la democracia fue muriendo en varias fechas marcadas, 11 de abril de 2002, día de matanzas por francotiradores del gobierno contra una manifestación armada de cacerolas y banderas; y 15 de agosto de 2004, primera puesta a prueba a gran escala de elecciones ampliamente trucadas cuando se efectuaba el referéndum que revocaría el mandato de Chávez, maquinaria de perversión que no ha hecho sino perfeccionarse desde entonces.

Las consecuencias saltan a la vista: ruina generalizada en el orden institucional, infraestructuras, economía, industria, educación, sociedad, necesidades básicas, empleo y derechos humanos fundamentales, hechos conocidos por quien se interese y de los que millones de venezolanos pueden dar cuenta detallada. Esa tragedia en la que se hunden 30 millones de sus compatriotas, y la emigración de seis millones y medio de personas desde 2006 hasta el presente vuelve a hacerla importante, pero por razones diametralmente opuestas a las de sus últimas cuatro décadas de democracia del siglo XX, para tristeza de la Historia.

4.- OPACIDAD A LA ORDEN: NO ES DE RECIBO SALVO EN LAS AUTOCRACIAS

La señora Calvo se ha equivocado rotundamente, no es admisible que nadie diga nada semejante de país alguno, aún si fuese pequeño y pobre, mucho menos si quien pronuncia tamaño despropósito es la vicepresidenta primera de un país  de importancia para Hispanoamérica, Europa y el mundo como lo es España. Muy mal representados están los españoles con personajes así en el gobierno, sea del color y partido político que corresponda, sean cuales fuesen sus segundas intenciones, hoy por hoy, turbias hasta la opacidad.

Menriq La Croix – Febrero, 2020