Aunque no se estile, comencemos por un epígrafe:

Hay dos antídotos divinos que pueden ayudarnos a soportar el veneno de la realidad sin que tengamos que morir antes de tiempo: la razón y el escepticismo

Sandor Marai, “La amante de Bolzano”

PREGUNTAS SIN RESPUESTA HASTA AHORA

1.- Cómo se gestiona un éxodo de medio millón de personas, quizá más, llegando en pocos meses – Nadie parece saberlo.

2.- Cómo se le da casa, cama, alimento, servicios de salud, y un subsidio a toda esta gente, cuando se trata de cientos de miles de personas llegadas a Europa en un solo año? – Nadie parece saberlo. Si uno que otro ayuntamiento ofrece unas cuantas camas como Madrid, Barcelona y A Coruña, o colgar banderas de solidaridad en sus fachadas como dice la alcaldesa Carmena (Madrid)  no cambia nada, es solo demagogia.

3.- Cómo se les distribuye en la UE, bajo cuales criterios? – No acaban de ponerse de acuerdo.

4.- Cuánto cuesta esta acogida básica? – Nadie parece saberlo.

5.- ¿De dónde saldrá ese dinero,que no será poco? – Nadie parece saberlo.

5.- ¿Alguien ha pensado en la inserción social de estas personas, fuentes de trabajo, el acceso de los emprendedores de entre ellos al capital europeo o del Banco Mundial u otra organización financiera, para instalarse por su cuenta,? – Nadie parece saberlo.

6.- ¿Cuándo será que escuchemos estas duras preguntas y otras en los foros de las altas esferas europeas y se comience a enfrentar una durísima realidad que ocurre en estos mismos momentos allá afuera, que es de humanidad encarar?  ¿Cuándo se darán cuenta esas altas esferas que Europa se la juega?

7.- ¿Y si no, qué? ¿Se confía acaso en que los fríos y lluvias del invierno pararán el flujo y los que ya están aquí desaparecerán como por encanto hasta la próxima primavera?

8.- ¿O serán las pelotas de goma y las cárceles húngaras, y hundir las barcazas y las mafias las que detendrán la avalancha?

9.- ¿Será verdad lo que he escuchado estos días por la calle que esta crisis ha sido orquestada por el ISIS para hundir a Europa en una marea de refugiados que de paso llevan consigo el Islam?


La frase que sirve de epígrafe a esta entrega tiene mucho que ver con la actitud que las personas tanto como las sociedades puedan tomar frente a un problema grave determinado. Los hay, muchos en efecto, pero nada parece tener más urgencia e importancia (usualmente no van juntas) que la emigración en masa hacia Europa: los refugiados más allá del Mediterráneo.

La foto del niño sirio ahogado en una playa turca que ha dado la vuelta al mundo, remuerde al fin muchas

El niño se llamaba Aylan Kurdi, 3 años. Foto de Nilufer Demir, periodista turca, AFP

El niño se llamaba Aylan Kurdi, 3 años. Foto de Nilufer Demir, periodista turca, AFP

conciencias. Se llamaba Aylan. La brutal fotografía ya hace su papel, sin duda.

Su hermano de 5 años y su madre de 35 también se ahogaron. Nunca vieron aquella tierra prometida lejos de Siria. Pero es Aylan quien llega hondo.

Sin embargo han sido muchos miles de niños como Aylan que ya han muerto por la misma causa: huir de la guerra y del hambre, sin que nos haya hecho mella. Me pregunto por qué los niños de Afganistán, de Darfour, de Somalia y de media Africa ecuatorial, destrozados por la guerra y el clima impresionaban (e impresionan) menos a los europeos. Perdonen la pregunta, por áspera que parezca. ¿Es porque Aylan se parece más a uno de los nuestros, es más, es idéntico a uno de los nuestros, mientras que los demás son distintos, producen menos dolor, los vemos más distantes como de otro planeta por ser de otro color? Preguntas así también deberían sacudir conciencias.

Pero es ahora, tras la demoledora fotografía, que nos conmovemos. Menos mal, hemos de felicitarnos porque empieza a haber reacciones. Alcaldes y políticos reaccionan ofreciendo albergues, conmocionados por la foto de Aylan. Han tenido que esperar tanto para conmocionarse. En el fondo práctico no arreglan nada con esos gestos desgarradores más que ganarse el favor público y practicar, una vez más, la demagogia que los caracteriza. Porque no pasan del maquillaje ofreciendo treinta camas aquí y otras veinte allá. No entienden para nada la naturaleza y la magnitud del problema. Es un problema de Estado de megatéricas dimensiones que exige respuestas continentales.

Sin pretensiones, aquí intentaremos ir más allá de esas conmociones y desgarros. Buscamos soluciones en la raíz de los problemas que enfrenta el siglo. Es la razón de ser de esta columna desde hace tiempo y aquí vamos con algunas ideas realistas a ver si se enteran.

LAS DIMENSIONES DEL PROBLEMA

Refugiados y emigrantes del Medio Oriente hacia Europa, De Centro América hacia México y Estados Unidos, o de Venezuela hacia Colombia aunque antes al revés, o de quién sabe de dónde a otra parte.

El problema está ahí desde hace mucho tiempo, solo que no llegaba con tanta dureza a las primeras planas como en estos últimos dos años (2014-2015) porque se han presentado en las costas europeas de a cientos de miles de personas. Ahora ya es tarde para detener la marea. Europa como conjunto no ha hecho los deberes

No es que no se supiera. En las Naciones unidas ACNUR los contabiliza. Dice que la cifra pasa de 50.000.000, léase bien: cincuenta millones de personas, más que la población de España, o de Colombia,Fila de refugiados Africa o de Argentina. Ya no viven en su casa, no trabajan profesionalmente, sus maneras de vivir, sus rutinas como todos las tenemos, han desaparecido; sus niños apenas si estudian,  si acaso; esos cincuenta millones se aburren mortalmente sin saber qué hacer con las largas horas del día, no tienen ni construyen otro futuro que la incertidumbre, el estarse dejar en un campamento de tiendas de lona o casas precarias a la espera de agua, alimentos e higiene. Tratar de hacer algo de todo eso. Incluso hay quien ha montado una tiendecita para vestidos de novia, otros, de alimentos enlatados, de enseres de plástico, de jabón, de cualquier cosa que pueda venderse que sirva para un refugiado en un campamento.

Mueren socialmente a paso agigantado. Pierden perfil profesional, si lo tienen, en poco tiempo, se disipan sus ánimos de lucha sin futuro que construir, contemplan a sus hijos crecer al garete recibiendo una educación precaria y apenas básica. Futuros pobres de solemnidad en un mundo cada vez más agresivo.

Saben que esos niños y muchachos serán carne de cañón para el odio de extremistas y radicales, repitiéndose la historia de los campamentos del Líbano de los setenta y ochenta en que la OLP de Arafat cultivó los primeros terroristas. Sabra y Shatila son nombres de campamentos de refugiados palestinos shiies, de triste recuerdo desde las matanzas que padecieron en 1982 por una venganza totalmente equivocada.

¿Se estará gestando otra generación educada en el lodo del odio ahora mismo, pero multiplicado por mil entre esos cincuenta millones de personas desplazadas? ¿Acaso se habrán hecho la misma pregunta las potencias? ¿Creerán que podrán detener la amenaza de semejante ejército de inquina asesina, como el ISIS (ejército islámico), Hamás, Al Qaeda, Hezbolah y la docena de agrupaciones terroristas dentro de sus propias fronteras?

Dadaab, Kenia, el mayor campo de refugiados del mundo , la mayor parte somalíes que huyen de la guerra civil. Entre 450 y 630 mil personas viven aquí, Los hay de tercera generación, padres y nietos han nacido aquí, son apátridas.... La tercera ciudad más poblada de Kenia. Foto: ACNUR

Dadaab, Kenia, el mayor campo de refugiados del mundo , la mayor parte somalíes que huyen de la guerra civil. Entre 450 y 630 mil personas viven aquí, Los hay de tercera generación, padres y nietos han nacido aquí, son apátridas…. La tercera ciudad más poblada de Kenia. Foto: ACNUR

¿Es de humanidad concentrar grandes masas de personas en campamentos de por mientras tanto y dejarlas ahí, como en Daadab, Kenia, un cuarto de millón de personas aparcadas, en el que ya hay dos generaciones de nacidos allí, ahora sin patria ni infancia que puedan guardar en sus recuerdos?

¿Alguien se estará haciendo estas duras preguntas?

El problema de los refugiados es ENORME, mucho más grande que el recibirlos y darles de comer. Mucho mayor de lo que cabe en la cabeza de los políticos de hoy que gastan tanto tiempo en arrojarse diatribas unos a otros como si ellos fueran los importantes. Es el pueblo el importante, ¿lo han olvidado acaso?

¿DE DÓNDE VIENEN?

La mayoría de los europeos supone que ‘del otro lado del mediterráneo’. Es muy difuso eso, como si poco o nada les interesase a la mayoría de sus habitantes. Como si interceptando barcazas en el mar frente a las costas libias, encarcelando traficantes de seres humanos y destrozando barcazas con que los transportan fuera la respuesta.

Bangladesh, Pakistán, Afganistán, Irak, Siria, Somalia, Eritrea, Etiopía, Sudán, sea del Sur o del Norte, Egipto, Libia, y todo el cinturón subsahariano. Países rotos por la guerra, el hambre, la intolerancia y la corrupción de jefes tribales y monarcas.

Eso sin contar los que quieren o deben marcharse de sus casas en Venezuela, (Colombianos  expulsados por echarle la culpa de los males provocados por la torpeza de Caracas, venezolanos hartos de un gobierno autócrata de ineptos que no han hecho sino agravar los graves problemas sociales y económicos, aunque no cuenten como ‘desplazados’ para ACNUR pero lo son de hecho), de Colombia mismo (Colombianos desplazados por su guerra interna), de América Central y paremos de contar.

Cincuenta millones de personas como usted y yo. ¿Pobres de solemnidad  antes de emprender camino que no tenían nada que perder sino la vida? Sí, desde luego. Pero otros muchos tenían buen empleo, eran profesionales y comerciantes bien establecidos por generaciones, gente educada que ahora lo han perdido absolutamente todo, casa, trabajo, amigos, barrio, ciudad, identidad, cuenta bancaria, todo lo que de este lado de Europa tenemos las grandes mayorías como cosa natural y sin las cuales no podríamos vivir. Ya vimos todos los días de Julio la ‘catástrofe’ que se armó en Grecia cuando limitaron los cajeros automáticos a 60 € por persona y día. Emigraríamos espantados y asfixiados, seguramente. Mientras en los países anotados antes hay millones de personas que viven con 1 € al día. Si eso llegara a alcanzarnos, los europeos nos moríamos todos al día siguiente.

LOS REFUGIADOS ¿DÓNDE SE LES ACOGE?

Los que han encontrado albergue los hay en casi todos los países, desde 3 personas en la próspera Singapur con su PIB per cápita 56. 286 US $, un 28% más que Francia, hasta 2.712.886 contabilizados en Jordania con un décimo de PIB (PIB per cápita 5.422 US $; datos de 2014) y otros dos millones en Turquía.

[Fuente de datos:  http://datos.bancomundial.org/indicador/SM.POP.REFG.]

La situación de cada población de refugiados es muy desigual; su origen, motivo por el que migran, estatus oficial y condiciones de permanencia son muy distintos en cada país. Por ejemplo, Estados Unidos alojará hispanos mayormente, mientras que en Jordania se tratará de sirios que huyen de la peor guerra que se haya visto en tiempos modernos en su país.

Toda la Federación Rusa, que ocupa el mayor territorio del mundo, reporta poco menos de  3.500.  Venezuela registra 204 mil refugiados (44 veces más que España, con 4.637, y algo más que Alemania con 187 mil aunque no hace nada más que tolerarlos) pero Colombia reconoce solo 224 personas como refugiados, China y Estados Unidos 300 mil cada uno aproximadamente.  Estos datos corresponden a lo que cada país reporta según la condición oficial que les han otorgado a estas personas.

No todos viven en campamentos. Muchos de los que hemos señalado viven en casas de familiares, viviendas alquiladas y centros de acogida como en los países del espacio Schenguen de la UE y rancherías precarias, como sucede en la mayor parte de América Latina. No así en Medio Oriente y Africa en que hay campamentos organizados pero que nadie quiere estar ahí.

¿REGRESAN LOS REFUGIADOS A SU PAÍS PASADA LA CRISIS?

A veces sí, cuando las condiciones tienden a normalizarse en sus países.  Por ejemplo, de las 860 mil personas que huyeron de Viet Nam desde 1975, los llamados boat people, 755 mil han sido reasentados en otros países, pero 110 mil han regresado al Vietnam unificado.

Las guerras en Afganistán de los ochenta con la invasión rusa y luego la guerra talibán ocasionaron la huída de millones de afganos hacia los países vecinos, de los cuales han regresado unos 4 millones tras la derrota de los extremistas islámicos. El recalentamiento de los conflictos, que se vislumbran eternos en ese país, sin embargo, ha generado nuevos contingentes de desplazados en gran número. El mismo fenómeno afecta a ciertas regiones de la antigua Yugoslavia y otras partes del mundo en conflicto bélico. En la raíz está la quiebra del estado, el desgobierno en zonas fuera de su control, la intolerancia religiosa, y el fanatismo.

CRISIS HUMANITARIA – IDEAS, OPCIONES, Y REALIDADES DOLOROSAS.

Se buscan propuestas de qué hacer a gran escala, al corto y luego mediano plazo, con el monumental éxodo de refugiados que confluye sobre Europa. Ordenemos las ideas:

Hay dos posibilidades primarias:

1.- Apañárselas para gestionar la llegada de refugiados a como dé lugar

2.- Prestar oídos a lo que dice un chico sirio recién llegado:

Sólo paren la guerra en Siria y no vendremos a Europa

Eso significa mojarse, enviar tropas y aviones a combatir sobre el terreno en Siria.

Como no está en la mente de nadie en este momento, no hay el coraje ni piso político necesarios,Politicos bla bla tendremos que quedarnos con lo primero: enfrentar la gestión del problema migratorio en masa. Hablemos duro y claro, porque para opiniones de valor, mejor quedarse con las declaraciones demagógicas de los políticos de turno, desde alcaldes a primeros ministros pasando por líderes de los partidos. En esta columna no perdemos el tiempo tan miserablemente.

Es el pueblo europeo en quién vale la pena fijarse y ya se está manifestando de a por miles con algo más conciso. Diez mil de ellos en un país pequeño y pobre, Islandia, se han ofrecido para acoger en sus casas a refugiados. Por citar un ejemplo.

OPCIONES DE PRIMER NIVEL:

Para comenzar hay tres opciones para contender con los refugiados en un primer encuentro. En cada una de ellas se necesitaría una compleja serie de medidas. Estas opciones podemos agruparlas así:

1.- Repatriarlos a todos a sus países de origen

2.- Acogerlos a todos los que hayan pisado suelo europeo

3.- Acogerlos selectivamente

DETALLANDO:

1.- Repatriarlos a todos a sus países de origen

– Aunque parece ser el ánimo de algunos colectivos bastante numerosos en varios países europeos, por simples razones de humanidad esta opción debe descartarse. Nadie tiene estómago, como tampoco capital político para llevarlo a efecto, menos aún desde las dramáticas fotografías que nos llegan desde las playas griegas últimamente. Por algún motivo, conmueven mucho más que las que nos relatan la tragedia de los 3000 fallecidos (ahogados en naufragios, asfixiados en la bodega de barcazas) en el Mediterráneo en 2014.

2.- Acogerlos a todos los que hayan alcanzado a pisar suelo europeo

– Es de humanidad, pero tampoco es realizable. No hay capacidad de gestión en Europa para esta opción, menos aún el pretender que todas estas personas puedan insertarse en un ambiente signado por una economía que apenas crece tras una prolongada recesión. Esta pobre expansión es incapaz de crear suficientes puestos de trabajo para su propia población, menos aún la inmigrante en grandes números.

ALGUNOS DUROS NUMEROS

La crisis europea ha traído más pobreza y desigualdad, según estudios recientes. La queja es general sobre la precariedad del empleo y la merma de sueldos y jornales.

En el panorama europeo, para Agosto de 2015 se contabilizaban 23,3 millones de desempleados en los países de la Unión (el 9,6%), un poco más de 4 millones de personas en edad laboral sólo en España.

La mayoría de los que han conseguido trabajo ha sido en empleos temporales o precarios. Se espera alrededor de un millón de desplazados al finalizar 2015.  La mitad o más serán personas en edad laboral, es decir medio millón de personas. No es realista pretender que esta masa de refugiados podrá conseguir empleo en Europa.

Solo en España hay 770 mil familias que carecen de algún tipo de ingreso. Cero, nada, cuando en 2007, al comienzo de la crisis se contabilizaban menos de 400 mil.

En paralelo corren los porcentajes de población en riesgo de pobreza: 2007: 23,3%, 2013: 28,3%, casi uno de cada tres en España. En elr esto de Europa las cosas no están mejor; 122 millones de personas en la UE en riesgo de exclusión, es decir el 24.5% de la población, uno de cada cuatro personas. [http://www.idescat.cat/economia/inec?tc=3&id=8510&lang=es]. Estas personas contribuyen, con sus trabajos a la sombra, alimentar la economía sumergida que alcanza el 18% del PIB de la UE.

No sorprenderá que organizaciones de atención a los desposeídos o en grave necesidad como la Cruz Roja de varios países, Caritas y otras organizaciones de beneficencia se encuentran al límite.

En 2011, antes de la avalancha de desplazados, la mitad de los que buscaron atención en Caritas de España (en total 130.000 personas) eran inmigrantes en situación irregular (estos valores varían mucho regionalmente. Por ejemplo, en Jerez [Andalucía]  el 92% de los atendidos por Caritas en 2015 eran españoles).

Si fuesen emprendedores autónomos (tenderos, comerciantes, profesionales libres), habría necesidades de capital considerables para darles el impulso necesario y es harto probable que los bancos europeos no estarían en disposición de prestarlo, si ya lo hacen con cuentagotas a las empresas europeas. Los comerciantes europeos tampoco estarían por la labor de ver una oleada de nuevas tiendas que le hicieran la competencia, más de las que ya van prosperando entre tenderos chinos e indios y paquistaníes ya asentados en Europa.

De esta forma, los desplazados reubicados  en Europa se convertirían en personas excluidas de hecho. Su condición marginal les llevaría a la mendicidad, a convertirse en vendedores ambulantes, profesiones artesanales como fontaneros, electricistas etc, traficantes de cualquier género, candidatos para la explotación sin escrúpulo, que en Europa sobran.

De cara a este cuadro, las probabilidades son altas de que la avalancha actual de desplazados aumentará estas cifras por serles poco menos que imposible conseguir empleo y fuentes de ingreso legal en breve plazo.  Los gobiernos saben esto,  los gobernantes también saben que se mueven en un escenario político muy complicado cuando dan explicaciones a sus constituyentes. Sí, todos se conmueven ante las fotografías de los fallecidos en playas y barcazas, pero hay también otros, y bastantes son, que poco les importa y estarán a la vuelta de acusar a esos políticos de traidores.

Evitar esta situación supone subsidiar a las familias desplazadas de alguna forma en los renglones básicos: consumo familiar, vivienda, educación y asistencia médica. Los gobiernos de los países receptores y por lo tanto los ciudadanos que pagan impuestos, deberían destinar ingentes cantidades de dinero para cubrir las necesidades financieras de tales programas, en un entorno que ha conocido importantes recortes justamente en esos mismos sectores desde 2007 cuando estalló la crisis.

Puede deducirse que la capacidad de sostenimiento de la masa inmigratoria, aunque fuese temporal, es limitada. El número de personas y el coste es difícil de establecer. Pero aún más difícil es saber si estos planes de subsidio al desplazado serían aceptables a la población europea que vota. Para varios gobiernos, es políticamente inasumible.

Queda una opción más:

3.- Acogerlos selectivamente

Entre varias maneras de clasificar, si es que es posible humanamente,  habría TRES categorías básicas (puede haber más, por supuesto) :

a.- Los perseguidos políticos que puedan demostrarlo

b.- Los desplazados por la guerra que corren riesgo de sus vidas si regresan

c.- Los emigrantes que sin las presiones anteriores, buscan una vida económicamente mejor.

Son las dos primeras opciones las que parecen más aceptables a los países de la UE hasta ahora. Selección cuidadosa.

¿CÓMO SE HACE ESO?

Si el número de refugiados fuera pequeño, en torno a 5 a 10 mil personas en toda la UE, es relativamente fácil y expedito establecer protocolos de análisis, clasificación y reubicación de estas personas reforzandoRio de refugiados 1 las autoridades de inmigración que ya hay. Pero si se trata de ochocientas mil personas en un año (en lo que va de 2015 van más de 350 mil, especialmente concentrados en los meses de verano en que el Mediterráneo es menos tormentoso) que llenan los caminos balcánicos, se trata de un desafío que requiere de operaciones especiales.

¿Cuáles operaciones especiales?

De momento es el ejército y la policía la que lleva adelante esta tarea para lo cual no están preparados. La consecuencia es la represión, la contención y el maltrato, como cabe esperar de la mayoría de los cuerpos de policía y ejército pues para eso se les entrena. Como salta a la vista en infinidad de escenas dolorosas en las fronteras balcánicas estos días. Quien vea este video si conmoverse podría afirmarse sin temor a equivocarse que no tiene hígados.

Hay dos preguntas al menos. ¿Es posible hacer una clasificación tan firme, sin que haya casos en el borde de dos de estas condiciones? Porque muchos perseguidos políticos han sido excluidos en sus países y se encuentran en posición económicamente desesperada. ¿Es justo desde el punto de vista humano?

Un burócrata experimentado diría que la respuesta es relativamente sencilla y que podría diseñarse un formulario y una entrevista a la manera de los asistentes sociales. Otros dirían que la condición del refugiado es inclasificable y que para eso Europa es la tierra de Erasmo y Voltaire, Giordano Bruno y Tomás Moro. ¿No es así?

PONERSE DE ACUERDO

La repregunta es cómo se llega a los acuerdos, de abajo hacia arriba (de los países a la Comisión Europea) o al revés.

Se han escuchado algunas voces autorizadas. El día 3 de Septiembre, cuando hay 350 mil refugiados ya en Europa en ruta hacia alguna parte,  La Alta Comisionada para los Asuntos Exteriores, la joven señora

Federica Mogherini, quien además es Vice Presidenta de la Comisión Europea, ha hecho una primera

Federica Mogherini, Foto: Francois Lenoir/Reuters

Federica Mogherini, Foto: Francois Lenoir/Reuters

propuesta concreta que nada tiene que ver con lo discutido hasta aquí:  Otorgar una nueva misión a la fuerza naval militar en el Mediterráneo: “Su objetivo debe ser la captura y destrucción de los buques que transportan a los inmigrantes, incluidos los que los acompañan” aunque reconoce que hace falta recursos adicionales “antes de tomar una decisión formal”. Es decir ponerse de acuerdo.

Según sus palabras, Europa debe afincarse en su política de contención militar, impedir el flujo a través del mar destruyendo las barcazas, y persiguiendo a las mafias que trafican con esas personas. Es un objetivo concreto y necesario, pero atiende a un solo eslabón de la cadena que constituye el problema de los desplazados camino de Europa. Nótese que no pide recursos para atender a los que ya están en suelo europeo. ¿Es que Mogherini no se pronuncia porque su ministerio piensa que ese problema no tiene solución?

Hasta ahora la UE no ha logrado ponerse de acuerdo.  A diferencia de otras superpotencias como China, Rusia y EEUU, la UE carece de liderazgo que se deposite en una sola persona, o un triunvirato coligado y funcional a la cabeza lo que facilitaría la toma de decisiones. Todo tiene que consultarse primero, larga y elaboradamente, antes de decidir, y así pasan los meses. Si Grecia apenas pudo esperar tanto dimes y diretes (de ambas partes) antes de negociar un tercer recate, el río de inmigrantes no puede esperar.

Conforme a su Constitución, en la UE toda decisión de cierta relevancia se toma en colectivos: el Parlamento Europeo, las numerosas comisiones capitaneadas por ministros, primeros ministros junto a jefes de gobierno, que se reúnen una y otra vez para llegar a acuerdos diplomáticos difíciles entre tan variados intereses. El abanico va desde la extrema derecha de países como Austria, Hungría, Eslovaquia y Suiza(*), hasta las izquierdas que no pasan de social demócrata. Acuerdos que tampoco se instrumentan. Para asombro de todos, se discutió ya hace dos meses un reparto de refugiados por cuotas del que todos se olvidaron a raíz de la crisis del rescate griego.


(*) Varios partidos neonazis con participación en el gobierno, como en la Grecia de Syriza (izquierda radical) que debió aliarse temporalmente con la extrema derecha para formar gobierno, proponen deportar a todos los inmigrantes. Así de sencillo.


De momento cada país mira por sus intereses inmediatos. Contener a los inmigrantes que cruzan vallas y puestos fronterizos parece ser la política adoptada hasta ahora. El gobierno español, por ejemplo gasta hoy 32 veces más en programas de contención en Melilla y Ceuta que en 2007. Pero se queda corto:

Otra respuesta: SER REFUGIADO sin permiso ES DELITO GRAVE

Se queda corta España, porque el que alcanza traspasar las barreras, encuentra la manera de quedarse. Pero no es así en esa otra Europa de la que menos se sabe en el extranjero. A 4 de Septiembre de 2015, el gobierno húngaro (Viktor Orban, derecha), aprueba un paquete de represión pura y dura en trece medidas, además del muro que se construye entre Hungría y Serbia que viene a ser la frontera sur del espacio Schenguen en el centro de Europa, para contener la avalancha:  dos a notar aquí: usar gases lacrimógenos y pelotas de goma contra aquellos que quieran cruzar la frontera sin papeles en regla (ninguno de los refugiados los tiene, si acaso su pasaporte), y, más grave aún, calificar de delito grave entrar en territorio húngaro sin esos papeles: tres años de cárcel, que serán cinco si el inmigrante ‘daña’ una de las alambradas de concertinas. Los ultras neonazis húngaros hacen su parte, agrediendo de palabra y acción a grupos de inmigrantes estacionados temporalmente en su camino hacia Alemania, con varios heridos de consideración.

Refugiados sirios en la frontera entre Grecia y Macedonia. Foto: Robert Atanasovski, AFP

Refugiados sirios en la frontera entre Grecia y Macedonia. Foto: Robert Atanasovski, AFP

No es solo Hungría. Eslovaquia, República Checa y Polonia abrigan sentimientos parecidos aunque todavía no se atreven a ponerlos en efecto. Los gobiernos que se encuentran en el camino de los desplazados han puesto claramente de manifiesto su deseo de que sigan de largo. Este camino comienza en el sur y este europeo y termina en los del norte. Un río de refugiados va de Italia hacia Francia y de allí se bifurca hacia Inglaterra, los países bajos y Alemania. El otro, mucho más numeroso, entra por Grecia, sigue por Macedonia, Serbia y Hungría. Nadie de los desplazados parece tener deseos de quedarse ahí como que tampoco nadie de los pueblos por donde atraviesan quiere que se queden. Este río se enrumba hacia Alemania y los escandinavos.

Los que llegan a España por el estrecho de Gibraltar, o pasan el alto vallado de  Ceuta y Melilla, ciudades autónomas españolas sobre la costa marroquí,  se quedan en su mayoría en España.

¿Puede uno imaginarse el drama inabordable de una familia de refugiados sirios que escapa de la guerra más cruenta para ser vapuleado y hasta apresado por la policía serbia o húngara? La vergüenza no puede ser mayor, escándalo que debería provocar que se pare de una vez esta aberración desde las estructuras más altas de la UE.

VARIOS PUNTOS CLAVE

1.- ¿Cómo instrumentar el control del ingreso de esos refugiados para su clasificación, de acuerdo a lo antedicho?

2.- ¿Cuántos de ellos pueden reconducirse a cada país de la UE según su situación política y económica?

3.- ¿Cómo gestionar la avalancha de gente que, es evidente, desborda su capacidad actual, creando cuellos de botella en fronteras y estaciones de tren y con ello grave situación humanitaria para los que no pueden ser ‘procesados’ en esos nudos?

Hasta ahora no hay respuestas, ni claras y mucho menos unificadas.

CUANTO PUEDE COSTAR

Aún no hay cálculos confiables. Alemania ha expresado su disposición, por boca de Angela Merkel, de destinar unos 7 mil millones de € para el próximo año, ejemplo que los demás países todavía no adoptan.

Si ha de servir de guía hay ya algunas experiencias recientes.

El gobierno italiano, pionero en esta cuestión por haber tenido que gestionar las olas de inmigración mediterránea por varios años, tiene un programa de acogida: darle 35 € por persona y día a aquellos ayuntamientos y organizaciones civiles que reciben desplazados en sus centro de acogida hasta por 6 meses. Esto es 1.050 €/mes, o sea 12.600 €/año por cada inmigrante.  Este dinero cubriría sus gastos básicos.

Para 100 mil refugiados acogidos a este programa el coste sería de poco más de mil doscientos millones de € (1.260.000.000 €), más los costes de gestión, naturalmente. Suponiendo el 8% de esa cifra, significa un total de 1.361.000.000 €/año. Para el millón de inmigrantes que sumarán para fines de 2015, se multiplica esta cifra por diez: 10.361 millones de € para TODA LA UE.

Es lo que podría costar la atención primaria: alimentación, ropa, calzado y transporte mínimo. No se resuelven otros servicios como los de salud y atención psicológica muy necesitada, mucho menos inserción, educación para los menores o escuelas de formación profesional, idiomas etc para los adultos. Estos permanecen en un estado que puede describirse como estacionario, de esperar y ver qué pasa después.

Pero ya hay voces en contra. Este dinero deben aportarlo los ciudadanos con sus impuestos que no han tardado en protestar. Los de los Centros de Asistencia también se quejan de que 35 € por día es insuficiente.

EN RESUMEN, PREGUNTAS SIN RESPUESTA HASTA AHORA

Si lo desea puede leer de nuevo las mismas preguntas con que se abría esta entrega- Es probable que le sepan distinto, tal vez más amargas, tras haber leído hasta aquí.

1.- Cómo se gestiona un éxodo de medio millón de personas, quizá más, llegando en pocos meses – Nadie parece saberlo.

2.- Cómo se le da casa, cama, alimento, servicios de salud, y un subsidio a toda esta gente, cuando se trata de cientos de miles de personas llegadas a Europa en un solo año? – Nadie parece saberlo. Si uno que otro ayuntamiento ofrece unas cuantas camas como Madrid, Barcelona y A Coruña, o colgar banderas de solidaridad en sus fachadas como dice la alcaldesa Carmena (Madrid)  no cambia nada, es solo demagogia.

3.- Cómo se distribuye en la UE, bajo cuales criterios? – No acaban de ponerse de acuerdo.

4.- Cuánto cuesta esta acogida básica? – Nadie parece saberlo.

5.- ¿De dónde saldrá ese dinero, que no será poco? – Nadie parece saberlo.

5.- ¿Alguien ha pensado en la inserción social de estas personas, fuentes de trabajo, el acceso de los emprendedores de entre ellos al capital europeo o del Banco Mundial u otra organización financiera, para instalarse por su cuenta,? – Nadie parece saberlo.

6.- ¿Cuándo será que escuchemos estas duras preguntas y otras en los foros de las altas esferas europeas y se comience a enfrentar una durísima realidad que ocurre en estos mismos momentos allá afuera, que es de humanidad encarar?  ¿Cuándo se darán cuenta esas altas esferas que Europa se la juega?

7.- ¿Y si no, qué? ¿Se confía acaso en que los fríos y lluvias del invierno pararán el flujo y los que ya están aquí desaparecerán como por encanto hasta la próxima primavera?

¿O serán las pelotas de goma y las cárceles húngaras las que detendrán la avalancha?

8.- ¿Será verdad lo que he escuchado estos días por la calle que esta crisis ha sido orquestada por el ISIS para hundir a Europa en una marea de refugiados que de paso llevan consigo el Islam?

Europa es un continente de recursos, de civilización y cultura como lo ha demostrado históricamente, aunque muchas veces con un elevadísimo coste de vidas humanas. ¿Será capaz Europa de sobrevivir a este reto sin graves daños colaterales como el resurgimiento de la extrema derecha nacionalista, xenófoba y antieuropea y sus nefastas consecuencias?

Menriq La Croix – Septiembre de 2015